EL LOOK DE AÑO NUEVO PASA, EL DAÑO QUEDA: LO QUE NUNCA TE HAN DICHO DEL STYLING DE FIN DE AÑO
•
7 de cada 10 personas en el mundo perciben daño en su pelo sin identificar
correctamente la causa.
• El Dyson Global Hair Study un análisis a más de 23.000 personas revela que el
calor extremo perfora la fibra capilar y compromete su brillo, fuerza y
elasticidad.
• Hábitos cotidianos como el uso frecuente de herramientas térmicas, el secado
a altas temperaturas o las rutinas rápidas de styling intensifican el daño,
especialmente durante la temporada de celebraciones.
En Colombia, diciembre nos pone la vida en modo acelerado. Las ciudades se llenan, los tránsitos se vuelven eternos, el clima cambia de humor y la agenda social se vuelve una maratón sin pausa. Entre los alumbrados de Medellín, los planes culturales en Bogotá, los viajes improvisados a Cartagena, la Feria de Cali y las escapadas a Villa de Leyva, hay un ritual que atraviesa todo el país: cambiar el look para recibir el Año Nuevo.
Aunque
para muchos es un gesto simbólico, algo entre cerrar ciclos, verse bien en
fotos y sentir que empieza un capítulo nuevo, hay un detalle del que casi nadie
habla: el pelo lo recuerda todo. Los planchados apurados antes de salir, el
secador a las 7:00 a. m., los retoques después de bailar toda la noche… cada
una de esas decisiones deja huella, y diciembre multiplica ese impacto.
El
estudio global de Dyson [1] muestra un patrón
universal, sin importar el clima, el tipo de pelo o la cultura: la mayoría
percibe daño capilar, pero pocos reconocen su origen real. Muchos lo atribuyen
a la caspa, al frizz o a la caída, cuando en realidad el deterioro profundo
ocurre dentro de la fibra capilar. El calor extremo perfora microscópicamente
la fibra, dejando un rastro invisible que se manifiesta en menos brillo, puntas
abiertas y un pelo que no responde como debería.
A
esto se suman los hábitos diarios: el lavado casi cotidiano por clima o
transporte público; el secado matutino para evitar la gripa; la preferencia por
el liso brillante uno de los estilos más vulnerables al calor y la confianza
excesiva de muchos hombres en que su pelo “está sano”, pese a ser quienes menos
protección utilizan.
Los
colombianos añadimos un factor de prueba extra en lo geográfico: en un solo fin
de semana podemos pasar del frío andino al calor del Caribe; de la humedad
paisa al clima seco de Boyacá. Ningún pelo está diseñado para tantos cambios en
tan poco tiempo. Brisa, sol, piscina, playa, sudor y carretera completan el
combo de estrés capilar de fin de año.
En
los últimos años, Dyson ha confirmado a través de su investigación que la clave
para proteger la fibra capilar es sencilla: evitar el calor extremo. Sus
estudios internos muestran que las herramientas que controlan de manera precisa
la temperatura pueden disminuir hasta en un 50 % el daño térmico, un hallazgo
que ha orientado toda su ingeniería de styling.
Bajo
esta lógica, la Dyson Airwrap™ utiliza el efecto Coanda un fenómeno físico que
permite dirigir el flujo de aire para moldear el cabello sin recurrir a placas
calientes. La Dyson Airstrait™, por su parte, utiliza chorros de aire de alta
precisión que permiten alisar sin depender de temperaturas agresivas.
Porque sí: las ondas para el 31, el glossy blowout de las fotos familiares o el moño elegante de la cena seguirán ahí; eso no cambia. Lo que sí cambia es que ahora sabemos qué ocurre realmente dentro del pelo cuando lo sometemos al calor extremo. Un look espectacular dura una noche, un pelo sano, todo el próximo año.



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